Sería
falso decir que no me
hubiese emocionado aquella mañana en la
que detrás de los muros del colegio me esperaba Cristina con su vestido azul
y yo el más elegante de los chicos, pero
más que eso me emocionaba el hecho
de saber que tendría una primera cita amorosa, puedo decir que mi amor por
ella se desbordaba sin ni siquiera haberla
conocido , lo repito y lo aclaro
, aquella cita estaba lejos de ser
pensada en la primera y sensual cita que
tienen los amantes, por el contrario solo
quería sentir su presencia, eso recuerdo como sentimiento, pero que en lo mas
profundo de mi corazón nada
tenía que ver con el deseo de la carne, el deseo de la pasión y la locura; sentimiento que si me
despertaba en el silencio aquel personaje , pero nada que hacer en aquel
largometraje.
Hoy comparo estos sentimientos de pubertad con la más descarada sobriedad, pues ya no es lo mismo en esta sociedad, donde ya
no existe esta emotividad , quien en su
primera cita siempre sabe que a lo que va es a
lo que va, cine, parque, mesa, café o restaurante y después de postre
vamos pa´ lante.
Dos días después de tal
fulano o fulana ya no tendremos
noticia alguna, porque entre una cama y
una cuna no se encuentra diferencia
alguna, cuando es allí donde se gesta el
placer perverso de la locura aquel del
que habla Freud en su malestar de la cultura... ayy madre santa en cuantas
lecturas encontramos el desarrollo de estas susodichas posturas, unas rezan y dicen que animales racionales somos y antes estos
actos perdemos la cordura, es el placer algo innato, no es un hecho contra Natura, no debemos
escandalizarnos ni someternos a la censura aunque si en lo ético vemos esto no es una gran fortuna burlarse de los sentimientos de persona alguna.
Mezclamos todo lo anterior con esperanza infinita
de no quedarnos plantados esperando en nuestra primera cita y para los que
cansados están de esperar como una elefantita 12 meses encinta, que su amor de sueños aparezca; yo les invito a
bajarse de la nube burlesca, que saquen de sus
mentes esta imagen pintoresca de novela mexicana de los años noventa, pues si hacemos las cuentas cuántas mujeres y hombres se han
conocido en las fiestas y después en la noche han perdido las riendas y olvidando los nombres que sus facebook´s tenían en sus cuentas en aquella madrugada polvorienta.No queda más remedio que empezar de nuevo otra historia cruenta.
Se preguntaran ustedes el sentido del texto
pues es que ya no quiero que inventen
pretexto para cortarse las venas al leer
este manifiesto, todos y todas se desesperan sin gesto, de buscar en si mismos las felicidad que se esconde adentro, quizás algun día hayamos encontrado lo nuestro al despertarnos del gran sueño siniestro de
princesas y hadas madrinas y príncipes apuestos.
Buscar la
tranquilidad en familia, llenarse de aliento disfrutar de la vida y
vivir muy contento así he llegado al fin de este texto un domingo en mi corbatín queda expuesto.
(Wíner Ramírez Díaz)
Fotografía 1 ( La camiseta vulgar )
Fotografía 2 (Camiseta formula compleja)
Fotografía 3 ( La palabra prohíbida)
No hay comentarios:
Publicar un comentario