El dedo gordo del pie izquierdo se esconde un tanto tímido, como tímida es la madre que dejo solo al niño mientras la gran realeza se dispone a pasar a la mesa.
La realeza del emporio come manjares, ordena a sus criados , pues es el campo, es la edad media en aquella sociedad que aún vive subyugada a forasteros matándose en guerra y abriéndole las piernas a cualquier extranjero.
El Negrito da sus primeros pasos y a su lado tres guambitos más lo acompañan gritando - mama, mama, quiero teta, quiero pan.
Pero la madre!! que chinos si joden - grita el papá, ya viene Chilo, ya viene Berta ya viene el comensal.
Vivían en una tierra prestada, campo, gallinas, puercos y maizal, cuatro hijos a cuestas y uno a punto de llegar.
La mujer laboriosa abre sus manos alista la mesa y pone el mantel, reservado a los ricos y guardado en aquel viejo anaquel.
El negro gatea por toda la sala y sus crespos se mezclan con la tierra mala, sus nalgas, su chimbo al aire y las cuatro palabras rezan a gritos quiero teta, quiero teta... mama mama...
De repente el tablón en su pie se desliza y el negro gritando de dolor agoniza, nadie lo mira, nadie le escucha entonces el negro en el piso se arruncha.
Dónde esta la cucha , dónde esta la cucha grita el más impetuoso mientras los otros se escuchan.
En uno, dos y tres gritos de aquel gordo glotón, la madre corriendo va a para auxiliar el cagón.
Recoge del piso al negro llorón.
-Ahí mama que será lo que quiere el negro, mama el negro esta rabioso , quiere pelear conmigo y el negro se destapa...
Su dedo gordo sangra, mientras la inquisidora doña Berta exclama entre gritos y gemidos que en su casa y en su finca nadie hace lo que se le da la gana.
Son Berta y Chilo los dueños de aquella comarca, aquel negro sus padres y hermanos no son sino esclavos de la deuda Cármina.
Su madre con prisa atiende el llamado de la regia hacendada pues es ella y su familia una esclava de la pobreza colombiana heredada.
A su hijo el negro amarra su dedo gordo con un pedazo de trapo diseñado en los bordos.
Es el pañal de tela que quizás todos recuerdan, es el vestido de salir a mercar que quizás todos secaron en cuerdas, es ese el mismo que al negro pusieron aquella tarde incierta...
Una sociedad esclavizada de países primer mundistas aún sentimos que son sus tierras prestadas, abrimos las piernas a cuanto personaje con acento extraño invade nuestras moradas.
Somos esclavos de la edad media, ellos se ríen de nosotros, en nuestras propias caras pues aún nos conquistan con espejos y falsas ilusiones creadas.
Inversión segura, crecimiento económico, desarrollo seguro, promesas de Chilo y Berta para comer manjares de nuestro patio: - lo juro.
Despierta sociedad, despierta , un machucón en el dedo gordo es lo que necesitas para hacer de tu deuda heredada más de lo que tus gobernantes falsos se acreditan.
Al igual que esta historia compleja pero no muy añeja salgamos de la edad media y el esclavismo a sanar el dedo gordo a vivir libres sin conformismos.
(Wíner Ramírez Díaz)
Fotografía 1 ( El pañal del negro)
Fotgrafía 2 ( Pañales en tela)
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